El Obelisco Inacabado es un enorme obelisco situado en Asuán, uno de los mayores obeliscos inacabados del antiguo Egipto. Se encontró en una cantera de Asuán y se cree que los faraones planeaban utilizarlo para decorar templos o lugares públicos. El obelisco mide unos 41 metros de largo y pesa unas 1.200 toneladas, pero durante el proceso de tallado en la cantera se descubrió que contenía grietas y se interrumpieron los trabajos en él. Este obelisco es un gran ejemplo de la habilidad de los faraones para cortar y pulir rocas, e ilustra el proceso de fabricación de enormes obeliscos que se utilizaban en templos funerarios o como símbolos reales.

Abu Simbel es un yacimiento arqueológico monumental del sur de Egipto, famoso por sus dos enormes templos excavados en la roca, construidos por el faraón Ramsés II durante la dinastía XIX. Los templos están excavados en los acantilados cercanos al lago Nasser y son famosos por su grandeza y precisión arquitectónica. El templo más grande está dedicado al propio Ramsés II, con cuatro estatuas colosales del faraón a la entrada, mientras que el más pequeño honra a su esposa, la reina Nefertari, con estatuas igualmente impresionantes. Abu Simbel destaca especialmente por su alineación con el sol, que ilumina el santuario interior dos veces al año, simbolizando el poder del faraón. En la década de 1960, los templos se trasladaron a un terreno más elevado para evitar que quedaran sumergidos por la subida de las aguas de la presa de Asuán, lo que los convirtió en uno de los lugares más emblemáticos y mejor conservados de Egipto.

El templo de Philae es un antiguo complejo egipcio situado en la isla de Philae, en el lago Nasser, cerca de Asuán. Dedicado principalmente a la diosa Isis, fue un importante centro de culto en el antiguo Egipto, sobre todo durante los periodos ptolemaico y romano. El templo es famoso por su impresionante arquitectura, con bellas columnas, relieves e inscripciones que representan los rituales religiosos y la mitología asociados a Isis. En la década de 1960, el templo fue trasladado a la isla de Agilkia para evitar que quedara sumergido por la construcción de la presa de Asuán. Philae sigue siendo un símbolo significativo de la rica historia cultural y religiosa de Egipto, y atrae a los visitantes por su cautivadora belleza y su importancia histórica.